Alexander Valentínovich Shchetinin

Director del Departamento Latinoamericano
del Ministerio de Asuntos Exteriores
de la Federación de Rusia

Esta investigación puede ser de gran interés para amplios círculos de lectores que se interesan por la historia del siglo XVIII y, especialmente, por los vínculos históricos entre Rusia y América Latina. La descripción ilustrada de la vida cotidiana y peripecias políticas internas del Imperio ruso a finales del siglo XVIII, están representadas como las percibió la gran personalidad política latinoamericana, precursor de la independencia de los países de la región y héroe nacional de Venezuela, Francisco de Miranda. Él llegó a ser el primer hombre sudamericano que estableció contactos oficiales con Rusia, a donde arribó a finales del siglo XVIII y donde fue recibido por la emperatriz Catalina II. A Francisco de Miranda le fue otorgado el grado de coronel del Ejército ruso y le fue entregado el pasaporte ruso para facilitar sus movimientos por Europa en búsqueda del apoyo para la lucha por la independencia de Venezuela.

Durante toda la narración sobre la estancia de Francisco de Miranda en el Imperio ruso como estribillo suena el pensamiento no solamente de la unidad entre naciones sino también de una afinidad espiritual, cercanía de nuestros pueblos y países. No por casualidad Miranda buscó inspiración en nuestro país, fue por la proximidad espiritual la cual lo hizo una persona de confianza en los círculos gubernamentales del Imperio ruso. El acervo cultural de Rusia del siglo XVIII constituyó una parte integrante de la riqueza espiritual que Francisco de Miranda llevó al pueblo venezolano.

Considero que es importante destacar la forma atractiva de presentar a un amplio público el material histórico. Los autores lograron evitar la sobrecarga de la investigación con los detalles históricos, manteniendo a la vez tanto un enfoque científico como asimismo un lenguaje vivo de la narración, basada en los materiales de archivo y los diarios auténticos del gran hijo de Venezuela.