Por José G. Escalona Briceño. 2018.
Amplia y extensa es la bibliografía sobre la obra y la biografía de Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez (1750-1816), hijo del canario Sebastián Miranda Ravelo y de la caraqueña de ascendencia isleña Francisca Antonia Rodríguez de Espinosa, considerado como el Precursor de las Independencias de América. Francisco de Miranda fue un revolucionario venezolano de cultura cosmopolita, cuya experiencia vital alcanzó no solo proyección hispanoamericana, sino que adquirió dimensión universal. Su monumental Archivo personal es un tesoro documental de incalculable valor histórico, que demuestra su formación, conexiones y universalidad[1].
Pocos hombres han marcado tanto su tiempo como lo hizo Francisco de Miranda; pero también, pocos como él han sido tan relegados de la memoria colectiva[2].
La fascinante vida de este personaje, sin dudas, es susceptible a especulaciones, contradicciones y ambigüedades. Dada la faceta aventurera y novelesca de quien se ha dicho, recibió favores íntimos de la emperatriz Catalina II “La Grande” de Rusia[3], periodo en el que se desarrolla la presente investigación descriptiva.
Podría pensarse que no queda mucho por agregar al conocimiento que hoy se tiene sobre las vivencias y anécdotas de uno de los hombres más ilustrados de su época durante su visita y estancia en Rusia a finales del siglo XVIII. El mismísimo Miranda nos describe de su puño y letra en sus diarios de Jersón, Kiev, Moscú y San Petersburgo, toda su larga travesía por el vasto territorio del Imperio ruso.
Durante la estadía de casi un año, transcurrido desde el 26 de septiembre (7 de octubre) de 1786 hasta el 7 (18) de septiembre de 1787, Miranda recorre el país a lo largo y ancho, transitando en resumidas cuentas y según los cálculos de Ángel Grisanti, casi 3.900 verstas (más de 4.000 kilómetros)[4], gracias a la relación que cultivo con el príncipe, mariscal de campo Grigóri Alexandrovich Potiomkin[5].
En general, a los fabulosos viajes de Miranda se les ha querido dar un tinte de frivolidad, según el cual no constituirían más que una serie de recepciones y saraos palaciegos, salpicados de numerosas aventuras amorosas. Sin embargo, puede apreciarse que su decidido propósito de emprender la peligrosa navegación por el mar Negro, soportar la terrible cuarentena en Jersón y recorrer la península de Crimea, desvirtúan este socorrido concepto. Sus extraordinarios diarios de viaje constituyen un documento único sobre los diversos aspectos de la Rusia de finales del siglo XVIII que le fue contemporánea y sus más eminentes personalidades, fueran estas políticas, militares o científicas. Y no hay que olvidar su testimonio sobre las costumbres y la vida diaria de los pueblos que visita, ni la copiosa documentación que recoge sobre cada uno de ellos, lo que completa la visión de la época y permite considerar al caraqueño Francisco de Miranda como el mejor memorialista de la Europa de su tiempo[6].
En los estudios sobre Miranda hasta ahora publicados que abarcan ese periodo, se hace referencia a un hecho en los que aún existen algunas imprecisiones. Está relacionado con el momento en que después de pasar un mes recorriendo la península de Crimea, el príncipe y su séquito regresan al cuartel general de éste, en Krementchug. Miranda es invitado por Potemkin quien le propone acompañarlo a Kiev para presentarlo a la Emperatriz, pues ésta se había instalado en dicha ciudad mientras esperaba la llegada de la primavera para continuar el viaje a sus dominios en el sur del Imperio.
Introducción.
Este artículo parte de una experiencia relacionada con el desarrollo de una investigación sobre la vida de Francisco de Miranda en el Imperio ruso. El mismo trata de describir las circunstancias en que el caraqueño se convierte en coronel del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav, un episodio que marcó un momento estelar en la bitácora del viajero ilustrado, y que, por su carácter histórico, ha sido objeto de la atención de algunos investigadores. A tales efectos, el autor se propone recrear de manera inédita, una innovadora aproximación, a la descripción del uniforme que pudo haber vestido aquel joven militar caraqueño, siendo el propósito de esta contribución, además, transmitir a las futuras generaciones, elementos visuales de todos los componentes del uniforme militar ruso. Todo esto sin perder, de ser posible, ni un solo detalle de las ricas, pero al mismo tiempo lacónicas descripciones presentes en su diario personal; y empleando para ello, retratos, imágenes, entre otros recursos, creados a partir de las modernas técnicas de diseño gráfico. En miras a la consecución y el logro de este objetivo, se hace necesario, en forma de cronología, dividir el presente trabajo en cuatro partes:
La primera estará destinada a describir los hechos que sitúan al caraqueño en el momento que tiene contacto con el príncipe Gregorio Potiomkin y las circunstancias que lo colocan en las vísperas de su presentación ante la emperatriz Catalina II “La Grande” de Rusia.
A través de la segunda parte, se describirá el momento de su llegada a San Petersburgo, la capital del Imperio ruso, se destacarán algunos elementos históricos que se encuentran al revisar los contactos y la influencia de los personajes que formaban parte de la élite política, militar y diplomática de Rusia. Además, se mencionarán los momentos en que Miranda usa un uniforme militar que provocará un problema en la corte de San Petersburgo. Se identificará con especial atención, el contenido de la carta enviada a Miranda por el encargado de negocios de España, Pedro de Macanaz y Macanaz, y la respuesta del venezolano al representante español.
En la tercera parte se describirá como los experimentados diplomáticos rusos abordan y manejan el problema en cuestión y el desenlace final que describe las circunstancias en que el caraqueño se convierte en coronel del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav.
En la cuarta parte se exhiben los resultados de las pesquisas que fueron emprendidas para identificar y describir, con precisión, el uniforme militar del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav que Miranda pudo haber utilizado durante su estancia en San Petersburgo.
Esas son las partes que, a grandes rasgos, constituyen el trabajo aquí presente. El cual no representa más que el resultado de una reflexión que de una manera u otra pensamos desarrollar y que recoge, claro está, una serie de ideas y problemas, algunos de los cuales no están totalmente resueltos y, en muchos casos, resultan como contribuciones de diferentes autores.
Para trazar un eje histórico, se hace necesario en este este trabajo, complementar la información de contenidos privilegiando el orden cronológico, agregando episodios que son útiles para la comprensión del tema, por lo que emplearemos para este propósito: la edición Miranda, F. (1981). Colombeia, Segunda Sección. El viajero Ilustrado 1785–1786. Tomo IV. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República; y la edición Miranda, F. (1982). Colombeia, Tercera Sección. El viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República.
Así mismo, fue necesario contar con la detallada descripción de los elementos históricos que, con precisión, son ofrecidos en los trabajos del latinoamericanista Dr. Moiséi Samuílovich Alperóvich a saber: Alperóvich, Moiséi. (1989). Francisco de Miranda y Rusia (Elsa Cherniawski, trad.). Moscú, Rusia: Progreso. Y la traducción al ruso de los diarios de Miranda: Miranda, Francisco de. (2001). Viaje por el Imperio Ruso (Alperóvich, M. S.; Kapanadze, V. A.; Tolstaya, E. F.; trad.). Moscú, Rusia: MAIK Nauka / Interperiódica.
Otra fuente bibliográfica de importancia, para el estudio y la comprensión de los uniformes militares del Imperio Ruso en la época de Catalina, fue la obra Leonov, O.G. (2010). El traje militar ruso. Época de Catalina II. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vitiazi, que ha servido de base para las pesquisas que he realizado pretendiendo identificar y describir, con precisión, el uniforme militar del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav.
Primera parte.
El príncipe de Táurida.
Meses después de desembarcar en Jersón, ya a finales de diciembre de 1786, Miranda fue presentado ante el favorito todopoderoso de Catalina II, el Serenísimo príncipe G.A. Potiomkin. El príncipe había llegado allí para organizar el recibimiento de la Emperatriz que pronto arribaría al sur de Rusia. Su interés por el forastero, que disponía de noticias útiles y de gran valor sobre diferentes países del Viejo y el Nuevo Mundo, era inminente. El alto dignatario invitó al criollo, muy de su agrado, a hacer juntos un viaje por Crimea, después le pidió que lo acompañara a Kremenchug (en aquel tiempo centro administrativo del dominio de Ekaterinoslav)[7].
La invitación contrarió mucho a Miranda, que estaba ya cansado de pertenecer al séquito de Su Alteza y deseaba recobrar su libertad de movimiento. En la comida que se celebra en la casa de Potiomkin, en la ciudad de Kremenchug, su edecán, un hispano napolitano que estaba al servicio de Rusia llamado José Miguel de Ribas[8], le hace saber que “habiéndole informado como yo pensaba seguir mi viaje a Moscú luego de que él partiese, éste el príncipe, le había manifestado que de ninguna manera, pues parecería imperdonable en mí que estando tan cerca de Kiev, no pasase a ver a la Emperatriz y mayormente habiendo viajado con él. Que de ninguna manera aprobaba mi resolución” [9].
Además, como se evidencia en el párrafo que sigue, Miranda no disponía de la vestimenta adecuada para presentarse en una Corte, es decir, de un uniforme militar o traje civil apropiado para la ocasión. “De modo que véame V. en el caso se ir a una Corte de lujo y brillantez sin más vestidos que los fraques raídos con que he salido de Grecia y Turquía. En fin, por no revelar mis razones y complacer al Principe <…> y me dispuse a formar un vestido cualquiera del paño o género que pudiese encontrar. Para lo cual pedí un auxilio a mi buen amigo Ribas que me lo ofreció de todo corazón con dinero y cuanto yo hubiese menester” [10].
Pero como no era posible rehusar la principesca invitación, el día siguiente, es decir el 4 de febrero de 1787 (según el calendario juliano), el caraqueño hizo gestiones para encargarse un traje. “Temprano me envió Ribas su coche y yo fui a su casa donde hicimos venir un sastre alemán[11] y buscar un poco de paño, que, no encontrándose otro color que azul, hice un pequeño uniforme de edecán[12] y al mismo tiempo busqué una chupa bordada para mi vestido de vicuña[13], sombrero[14], espada[15], etc.”. Es importante destacar que Miranda dejará constancia del pago de la confección de dicho uniforme que costará 33,75 rublos[16]. Y será este uniforme el que provocará, en la Corte de Petersburgo, el conocido incidente con el encargado de negocios español.
Segunda parte.
En la capital del Imperio ruso.
En San Petersburgo, fue recibido por los grandes duques y la nobleza “con suma benignidad y agasajo”. Pero allí, en la capital del Imperio es víctima de las intrigas, de las que había logrado escapar en Kiev. Viendo con qué éxito el venezolano establecía contactos con las personas de influencia en la capital, el encargado de negocios español, Pedro de Macanaz y Macanaz, en contra de la orden inequívoca recibida de Madrid de abstenerse de acciones abiertas contra Miranda, tomó la iniciativa de desacreditar al sudamericano. Se detalla en el diario de viaje, que Macanaz con el fin de ocasionarle un golpe más o menos sensible había de capturarlo en un acto deshonesto, absolutamente censurable de acuerdo a los conceptos de aquel entonces. Macanaz decidió declarar impostor a Miranda y le escribe: “Muy señor mío: enterado de que Vm. se ha presentado en esta Corte con el título de Conde de Miranda, al servicio del Rey mi Amo en el grado de Coronel, me es indispensable exigir de Vm. la patente o instrumento que lo acredite, previniéndole que de no hacerlo así, procederé contra Vm. a fin de que no haga uso de dicho uniforme” [17].
Entretanto Miranda, ofendido por la carta del encargado de negocios, le responde enviándole al día siguiente una respuesta enérgica e indignada. “Muy señor mío: No me faltarían medios con qué satisfacer su incredulidad, o vanidad de Vmd. - escribió Miranda - si el modo en que lo solicita por su Carta de ayer fuese más propio o decente. La amenaza con que Vdm. concluye, es tan ridícula, como grosero y despreciable el lenguaje... que solo Vdm. puede usar con los que tengan la desgracia de ser sus inferiores” [18].
Ante estas circunstancias, el investigador se plantea la siguiente pregunta: ¿Cuál era el uniforme que Miranda estaba usando en las recepciones sociales en San Petersburgo?
En cuanto a su uniforme de gala, el que Miranda lucía en las recepciones y demás ocasiones solemnes tanto en Kíev como en Petersburgo, lo mandó confeccionar a principios de febrero de 1787 en Kremenchug, cuando Potiomkin le propuso presentarlo a la emperatriz. Como la ropa del viajero para aquel entonces se encontraba en un estado bastante deplorable, y con la inminente presentación en la corte y, en especial, con la posible audiencia en el más alto nivel, se vio obligado a confeccionarse con urgencia un traje de edecán en este caso. Por cuanto en Kremenchug sólo se logró conseguir un tejido de paño azul - así explicó más adelante Miranda -, esto haría suponer que el nuevo traje cosido a pedido suyo recordaba de alguna forma, al uniforme de oficial español[19]. Es probable que esto sucediera de manera realmente casual, sin embargo, las circunstancias suponían que él usaba el uniforme de coronel del servicio español[20].
Poco después de la llegada de Catalina II y de su comitiva a Tsárskoie Seló (11 de julio de 1787), el diplomático español pidió información al vicecanciller Ostermann acerca de la respuesta a su nota y supo que el ministro francés Ségur había aceptado servir de intermediario a fin de solucionar el conflicto surgido. Sin embargo, el francés después de conversar con Macanaz se negó a cumplir esa misión, poniéndose luego abiertamente de parte de este último.
Era evidente que el representante de España en alianza con los representantes diplomáticos franceses y entre otros el duque de Serra Capriola, emprende una campaña contra Miranda. Macanaz insiste en revelar “la verdadera cara de ese hombre” que sin ningún fundamento se hacía pasar por conde y coronel español. Además, a este oficial en España lo consideraban “persona muy peligrosa para el Imperio” y Rusia debería, en virtud de las relaciones de amistad entre las dos potencias, acceder en esta delicada cuestión a los deseos del rey. Al mismo tiempo, pidió que sin demora se le prohibiera al venezolano el uso del uniforme español[21].
Luego de enunciar todas las acusaciones contra Miranda, Macanaz comunicó que tenía la instrucción de exigir su arresto y entrega al Gobierno de Madrid como reo de Estado, sin embargo “el vicecanciller respondió que entre las cortes de Rusia y de España, como bien lo sabe él y el propio señor encargado de negocios, no existía ningún acuerdo sobre la extradición recíproca de súbditos y que todo extranjero que se encuentre en Rusia goza de la protección de las leyes mientras se comporte como persona honesta y no cometa ningún delito”[22]. Ostermann se apresuró a informar sobre su conversación con Macanaz a Bezborodko (jefe de facto de la diplomacia rusa), quien a su vez notificó de inmediato a la emperatriz. Catalina demostró el más vivo interés por esa historia y ordenó que le hicieran saber a Miranda los pormenores del asunto.
Cuando el domingo 18 de julio por la mañana Miranda llega por fin a Tsárskoie Seló, el hofmeister[23] le contó sobre las calumnias del diplomático español y la reacción rusa de respuesta. Bezborodko subrayó la firme decisión de la emperatriz de defenderlo y le transmitió su declaración de que, si Miranda constituyera un peligro para España, entonces Rusia para él sería el lugar más indicado, por encontrarse lejos de España. El aprecio que la soberana le demostraba no era por el rango ni la posición social, sino exclusivamente por sus cualidades personales.
El 21 de julio, el encargado de negocios se dirigió otra vez al vicecanciller, señalando además que, a pesar de sus anteriores presentaciones, el 18 de julio Miranda de nuevo se había presentado en Tsárskoie Seló con el uniforme de coronel.
Tercera parte.
Coronel del ejército ruso.
Por otra parte, Bezborodko interpretaba este problema de una manera muy diferente. Al describir en forma consecuente la marcha de los acontecimientos, desagradables para Miranda, señaló que el “encargado de negocios de España se las había tomado con él por medio de una carta muy irrespetuosa en la que exigía presentarle documentos que explicasen por qué usaba el uniforme de coronel español. A esa grosería Miranda respondió con una carta aún más grosera”[24]. Más adelante, al tratar sobre la demanda de extradición del sudamericano como delincuente de Estado, el cortesano subrayó el carácter notoriamente difamador de las acusaciones contra él: “le atribuyeron la historia de que era edecán general del gobernador general de La Habana; que durante la guerra informaba a los ingleses en América sobre las operaciones de la flota unida, sobre el asedio a Gibraltar y sobre distintas circunstancias internas de América, por lo cual recibía pensión de Inglaterra, y habría sido arrestado con el gobernador general si no se hubiera evadido” [25].
El día 17 de agosto (6 de agosto del calendario juliano) por la mañana, Miranda con su habitual uniforme azul con vuelta encarnada y galones de coronel[26], se dirigió al Palacio de Invierno donde Catalina II recibía a los oficiales del regimiento de la guardia Preobrazhenski. Fue invitado a la mesa de la soberana junto con los oficiales y el séquito. La emperatriz como siempre conversó con él muy benevolente.
El 18 de agosto, reunidos en el despacho, Bezborodko transmite a Miranda el último pedido de la emperatriz: “Su Majestad le había prevenido me dijese que, como lo españoles me buscaban pleito sobre el uniforme, que si yo quería usar el de Coronel de Rusia, no solamente nadie se escandalizaría, sino que le daría sumo gusto” [27].
Después de agradecer por todas las honras y favores recibidos, el huésped señalo que, quizás, en adelante no se pondría uniforme militar en general. Quizá al principio Miranda no manifestó interés especial a esa propuesta, suponiendo que ya no tenía sentido práctico presentarse uniformado en las actividades sociales, pues, el ambiente estaba saturado de rumores sobre el tema y, además, de un día para otro abandonaría la capital.
Sin embargo, por la noche (el mismo 18 de agosto), Miranda comparte sus impresiones sobre la visita a Bezborodko con su amigo íntimo, el escocés Matthew Guthrie - médico del Cuerpo de cadetes de Petersburgo que vivía en Rusia alrededor de un cuarto de siglo -, quien le aconsejó de manera insistente no menospreciar la autorización de la soberana para usar el uniforme militar ruso. Luego de pensarlo, don Francisco decidió que podría serle de utilidad también fuera de los límites de Rusia, en cualquier país, con la condición, claro está, de tener el derecho formal de ponérselo.
El investigador estimo necesario reproducir el texto íntegro de la autorización para vestir el uniforme ruso.
Autorización a Miranda para llevar el uniforme de coronel ruso[28]
Kiev, 22 de abril de 1787
Señor
Su Majestad Imperial, persuadida de vuestro celo por su servicio y dispuesta a recibirlo en él, en el momento que V. encuentre conveniente, le permite, Señor, utilizar el uniforme de sus Ejércitos.
Teniendo el honor de comunicarle la voluntad de mi Soberana, aprovecho esta ocasión para dar a V. la seguridad de la consideración distinguida con la cual soy, Señor, su muy humilde y muy obediente servidor.
A. Conde de Bezborodko
Señor Coronel Conde de Miranda,
En casa del General Levachov.
Miranda, a continuación, solicitó a Bezborodko “adjuntar (pues en todas partes hay perversos incrédulos) en forma escrita el contenido del mensaje u orden de S. M. la Emperatriz con motivo [del derecho] de llevar el uniforme de coronel de Rusia con su total consentimiento, en caso que yo desee usarlo. Pues, luego de reflexionar, pienso encargar uno, para ponérmelo en caso de necesidad, conservando siempre, al igual que la carta de S. M., como signo de distinción más relevante, honorable y halagador que jamás pudiera poseer en el mundo” [29]. A continuación, me permito revelar el texto íntegro de la carta:
Carta de Miranda al Conde A. de Bezborodko[30]
18 de agosto de 1787
Señor Conde: He recibido la copia de la Carta Circular que Vuestra Excelencia ha ordenado ayer a su Cancillería, y le ruego agregarle, además (puesto que hay incrédulos malintencionados por todas partes), el contenido del mensaje u orden de Su Majestad la Emperatriz, relativo a llevar el uniforme de Coronel de Rusia con su pleno consentimiento en caso de que yo deseara utilizarlo porque, después de reflexionar, pienso confeccionarme uno para utilizarlo en caso de necesidad, conservándolo siempre, al igual que la carta de Su Majestad Imperial, como el testimonio más distinguido, honorable y halagador que yo pueda poseer en el mundo.
Le ruego, señor Conde, tenga a bien excusar tantas molestias que me veo obligado a ocasionarle, y se digne aceptar mi más sincero agradecimiento por el particular interés que ha tenido a bien testimoniarme aquí en esta ocasión, que será siempre apreciado con el más completo reconocimiento y el más profundo respeto por quien tiene el honor de ser
de V. E.,
el muy humilde y
muy obediente servidor.
F. De Miranda
P. S. He recibido del señor de Sutherland las Letras de Crédito por valor de 2.000 Ls., habiendo dado mi recibo.
Señor Conde de Bezborodko.
Seguidamente, el 19 de agosto Miranda escribe “Al mismo tiempo llamé al sastre y ordené que me hiciese un uniforme de dicho rango, en el Regimiento de Coraceros de Katerinosloav -la gloria de Catalina-”[31], cuyo comandante era el príncipe Potiomkin a quien comunico en los siguientes términos:
Carta de Miranda Potiomkin[32]
Petersburgo, 22 de agosto de 1787
Monseñor:
“…Entre los favores con que S. M. ha tenido a bien honrarme, está el de llevar el uniforme de Coronel de Rusia con su total consentimiento, cuando yo quisiera utilizarlo, lo que considerare siempre...”
“...En consecuencia, he hecho hacer aquí un uniforme de vuestro Regimiento de Coraceros de Katerinoslav, para llevarlo conmigo como un valioso recuerdo, si eso merece su entera aprobación...”
Tengo de ser con el mas profundo respeto y completo agradecimiento, de V. A. el muy humilde y muy obediente servidor…”
F. De Miranda
S. A. Principe de Potemkin.
En la mañana el sastre trajo a Miranda el uniforme encargado. Sin embargo, aún no había recibido la autorización escrita para usarlo. El 27 de agosto de 1787 Miranda registra en su diario: “Trájome el sastre el uniforme, capote, capa, calzones, etc., que me cuesta mas de 200 rublos y luego el fajín, 56 (rublos)” [33] que varios días después adquiere en la fábrica de galones para el ejército.
Para completar la dotación del uniforme, se evidencia que el 3 de septiembre de 1787 el coronel Miranda decide “comprar un fajín para mi uniforme, que sin borlas me costó 56 rublos en la fábrica de galones, etc., para el ejército, cuya manufactura que se llama de Mogonckov” [34].
Luego conseguimos que Miranda ordena embarcar en la goleta “Dolphin” una caja sellada que debe ser entregada en Londres al señor Waddinton[35], entre otros objetos y libros: “un paquete con una espada de acero y un par de broches”.
Sabemos que corte de Madrid intentó conseguir que Rusia dejara de prestar apoyo al fugitivo, súbdito de la corona española. A mediados de noviembre de 1787, Floridablanca mantuvo una conversación confidencial con Stepán Zinóviev, ministro ruso en España. Aquél dio a entender que estaba dispuesto a considerar liquidado el incidente en Petersburgo (choque de Miranda con Macanaz y Normández) pero solicitaba al Gobierno zarista dar órdenes a sus representantes diplomáticos en Suecia y en otros países para que en adelante no prestasen su ayuda al “fugitivo”. Con esto el alto dignatario quería aliviar a la parte rusa la retirada de honor con “la conservación de la personalidad”, presentando el hecho como si Miranda por medio del engaño se hubiera infiltrado en la corte de Catalina II, ocultando su pasado “delictivo”, la deserción y apropiándose sin autorización del título de conde y del grado militar. Aunque supuestamente muy pronto lo tildaron de impostor y aventurero, al partir de Rusia, según la afirmación del ministro, Miranda abusó de la confianza de los representantes de ese país en el extranjero logrando conseguir su apoyo[36].
¿Miranda vistió el uniforme del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav?
Aunque no se encontró ninguna evidencia concreta que así lo demuestre, con la que podamos responder sin vacilaciones esta pregunta, podemos reflexionar en la repuesta que Bezborodko transmite (el 18 de agosto en la cena de despedida) a Miranda “el último pedido de la emperatriz”: “Su Majestad le había prevenido me dijese que, como lo españoles me buscaban pleito sobre el uniforme, que si yo quería usar el de Coronel de Rusia, no solamente nadie se escandalizaría, sino que le daría sumo gusto”[37].
Las escenas de este ambiente cortesano eran reveladoras dado que, a finales del siglo XVIII, el militarismo occidental era raíz, marco y estilo de un comportamiento político-cultural[38], y como ya se conoce, en la corte de San Petersburgo, estaban adscritos un buen número de militares extranjeros al servicio de la emperatriz, lo que demuestra de manera fehaciente que en los círculos sociales, diplomáticos, políticos y militares de Petersburgo, “nadie se escandalizaría” de encontrar a Miranda vistiendo un uniforme militar del ejército o de la flota rusa. En ese sentido, podemos encontrar episodios como los ya descritos en el desarrollo de este artículo y podemos apreciar en ellos como elemento fáctico, el hecho de que Miranda, siempre que le fuera posible, aparecería luciendo un uniforme militar en los círculos sociales y diplomáticos de la capital del Imperio ruso.
La atracción de estos modelos socio-culturales favoreció la carrera militar de Miranda, fascinado por los privilegios del estado militar en la época del absolutismo tardío. Esta socialización militar, y su aspecto más visible –el uniforme–, representa precisamente (casi) todo lo que, para la época, los comienzos de la modernidad strictu sensu, se entiende en general por educación, formación y cultura[39].
En atención a la idea que se expresa en el párrafo anterior, podemos insinuar que, el mismo día de haber recibido el uniforme, por la tarde, el caraqueño escribe en su diario: “Vamos a esta fiesta, que después de estar el cuerpo formado en batalla, llegaron los Señoritos con Soltikov y D'Anhalt. Comenzaron las maniobras con artillería, etc., y después se formó un círculo en que entramos los militares que por allí había, y estos Señoritos dieron las medallas a dos recomendados por el director, quienes en una tediosa y adulante arenga francesa, dijeron a estos muchachos que eran nacidos para mandar al género humano, grandes Príncipes, etc., y luego creemos extraño si casi todos los soberanos son orgullosos y desprecian a los hombres” [40].
Se describe como una ocasión propicia para haber lucido el uniforme del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav.
Como sabemos, las relaciones oficiales de Miranda con Rusia, con los representantes de su Gobierno y sus diplomáticos, abarcaron toda una fase de su vida (desde octubre de 1786 hasta septiembre de 1792). El caraqueño siempre manifestó simpatía personal a Catalina II, sintió “pleno cariño y agradecimiento hacia ella por su benevolencia para con él, lo que le inspiró su lealtad total a Rusia, además, amó mucho a Rusia y a los rusos”[41].
Pero incluso después de la ruptura con las autoridades del Imperio ruso, identificamos un documento que se convierte en una clara evidencia de que, encontrándose en Francia en 1793, Miranda aun poseía una prenda militar que unos de sus colaboradores (André Fröberg) reflejo en una lista de objetos que le pertenecían, entre los que destaca: 1 Gran uniforme de General, 1 Uniforme de Teniente General, 1 Pequeño Uniforme de Mariscal de Campo y 1-2 Uniforme ruso, a saber: traje, chaqueta y calzón[42].
Cuarta parte.
Regimiento de Coraceros[43] de Ekaterinoslav[44].
Después de la inesperada muerte de Isabel, al trono subió Pedro III. Durante el corto período de su gobierno promulgó una serie de leyes, que acercaban el sistema militar ruso al ajeno, el prusiano. En marzo de 1762, Pedro III creó la Comisión Militar “para poner el ejército en el mejor estado”. La Comisión realizó en un corto plazo la modificación de los efectivos, estatutos y uniformes[45].
Según las instrucciones de Pedro III, los regimientos de infantería se completaron de un nuevo personal. Se preveía aumentar el número de los regimientos de coraceros a cuenta de la reforma de los regimientos de granaderos de caballería[46].
La caballería es una de las fuerzas armadas más antiguas, que, gracias a su alta maniobrabilidad combinada con un golpe rápido y poderoso, jugó un papel decisivo en muchas batallas. Para Alexander Pecheykin (2012), por ejemplo, la palabra coraceros se interpreta como una especie de caballería pesada, cuyos jinetes tenían brazos protectores hechos de metal. De hecho, esta palabra también sirvió de base para el nombre de este tipo de caballería, pero no solo por las corazas. Después de todo, había regimientos cuyos soldados llevaban corazas en la marcha y condiciones de combate, pero no eran llamados coraceros[47].
Tras la llegada al trono, Catalina II estimó que todas las resoluciones sobre la modificación del cuerpo y la organización de las tropas, tomadas por Pedro III, fueran suspendidas. Teniendo en cuenta un informe presentado por algunos oficiales con experiencia que habían participado de la Guerra de los Siete Años (entre ellos: S. Saltykov, A. Villebois y P. Rumyantsev, con el que Miranda se reunió todos los días durante su estancia en Kiev), consideró necesario convocar una Comisión Militar Especial para la reorganización del su ejército[48].
La Comisión prestó gran atención al “Plan Especial, presentado por Rumyantsev, de acuerdo al cual todos los regimientos… debían ser formados”, donde tocó el tema de los efectivos de infantería y caballería[49].
Rumyantsev vio la necesidad de aligerar la caballería rusa. Él escribió: “Las corazas podrían ser utilizadas antes del aparecer del arma de fuego, pero ahora... agobian el siglo y pueden ser dejadas por el aligeramiento de la gente”. Opinión con la que el presidente del Colegio de Guerra, Potiomkin, inició una serie de reorganizaciones[50].
La elaboración e implantación de los nuevos modelos del uniforme y armamento la supervisaba con diligencia el mismo Potemkin. Le encargaron que presentara nuevos modelos del uniforme y armamento para el regimiento de coraceros de la Orden de San Jorge. El 23 de enero de 1775 dos coraceros vestidos con el uniforme nuevo se presentaron ante Potemkin. Así fue aprobado el uniforme para el regimiento de la Orden Militar. Aparte del cambio del color original se planificaba elaborar nuevos diseños del uniforme. Por ejemplo, sustituían las botas viejas con las botas del modelo nuevo de puntas achatadas y sin bocas[51].
La verdadera reformación del uniforme y armamento en la caballería pesada empezó en el regimiento de coraceros de Novotroitsk, el que pusieron bajo la “tutela especial del conde Potemkin”[52], es decir, de hecho, lo convirtieron en su propiedad. Al obtener el regimiento, Potemkin destacó lo siguiente sobre condición del armamento regimental: “consideré que unos eran inútiles, otros - demasiado gruesos y por eso pesados, y sobrecargaban al soldado, en vez de servir de defensa, así abolí algunos y otros reemplacé por nuevos” [53].
Durante el reinado de Catalina II, el regimiento se hizo un árbitro de la moda para toda la caballería, al que imitaban otros regimientos de la caballería de campaña. Los oficiales de estado mayor y oficiales superiores eran los primeros en vestirse con el uniforme nuevo. Se encargaron las casacas de color pajizo (amarillo degradado) con bocamangas y cuellos azul claro. El chaleco de paño también era de color azul claro. Los bordes del coleto se ribeteaban con un galón dorado. La chupa, de cuero de alce. El nuevo color del uniforme del regimiento correspondía al del escudo de Potemkin. El sombrero no galoneado tenía borlas doradas laterales en las alas del sombrero. Los monogramas de la Emperatriz en la charretera eran de un galón estrecho dorado y las ramas de laurel; y en el hombro derecho del uniforme, un cordón dorado. En vez de la espada se utilizaba el sable con las empuñaduras y vainas de acero, ferradas[54].
Después de 1786 lo único que quedó de las corazas era su nombre. Langeron con razón notó: “Incluso si los caballeros rusos hubieran adquirido práctica de equitación, jamás tendrían autoconfianza, ya que los coraceros (que nunca llevan corazas) y carabineros, igual que la caballería ligera tienen monturas del tipo húsar y se ponen botas cortas, lo cual les impide demostrar la postura y el porte militar conveniente”[55]. Según el nuevo reglamento, los regimientos de coraceros se consideraban como una parte de la caballería ligera[56]. Charles-Joseph de Ligne[57] apuntó en su carta a Potemkin: “Le deseo, que todos sus regimientos de caballería efectúen maniobras de la misma manera como lo hace el suyo (el regimiento de Ekaterinoslav – nota Oleg Leonov) y el del Gran Príncipe (el regimiento de coraceros del Sucesor - nota Oleg Leonov) y que unan en sí, nuestra precisión alemana y la rapidez rusa” [58].
Existe un dato muy interesante en el diario de Miranda que hace suponer que, para el 4 de febrero de 1786, (fecha en la que manda a preparar un pequeño uniforme de edecán) ya tenía claro la importancia de esta agrupación militar: “El Coronel Meindorff[59] se ofrecía a acompañarme, pues quería también enseñarme dos escuadrones de su regimiento[60] de Coraceros de Katerinoslav, que es el mejor de toda la Caballería rusa” [61], el cual tenía previsto realizar un ejercicio de maniobras en el pueblo de Poltava.
Potiomkin preparaba en secreto la reconstrucción exacta de la batalla de Poltava, espectáculo que se proponía ofrecer a la Emperatriz como última etapa de su viaje triunfal, y no quería que su proyecto se divulgara[62]
Según la tabla, aprobada el 10 de abril de 1786[63], el uniforme del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav, debió haber lucido como se muestra en las siguientes imágenes:
Alexander D. Lanskoi Retrato por Dmitriy G. Levitski. 1780 [64] |
Dimitri Olsufiev Retrato por Karl Wilhelm Bardou. 1788 [65] |
Retrato un oficial del año 1793 [66] |
Descripción general del color de uniforme.
Las botas: punta achatada y sin bocas; Calzones (Pantalones): de piel de alce; La casaca: de paño de color azul claro; Los coletos: pajizos con bocamangas y cuello de azul claro, los bordes de coleto se ribeteaban con galón dorado (el coleto era de color y diseño aprobado); La epanchá: se cocía de paño blanco; El sombrero: no se galoneaba con el pasamano, tenía borlas doradas en las alas; Las bandas y lanyardes: dorados; El cinturón, la taschka, los guantes y el completo de aparejo ecuestre: (los supervestes (chalecos) se otorgaron solo a los grados menores) El paramento: de paño de modelo de húsar de color azul claro, ribeteado con paño pajizo ribeteado con galones dorados y un fleco, con los monogramas de la Emperatriz, elaborados de galón estrecho dorado, y las ramas de laurel de cordón dorado (Además de objetos de gala, incluían en el completo paramento de cada día cubierta de paño pajizo.) El sable: con empuñadura de latón y con vainas ferradas de modelo de húsares. Las monturas: ligeras húngaras. |
Conclusión.
Miranda permaneció once meses en Rusia. Durante ese tiempo se consagró a conocer las costumbres y el funcionamiento de la sociedad rusa, así como su organización militar, las obras de construcción civil y la producción artística; así como a reforzar su propia posición personal y política, a través de variados lazos de amistad y de apoyos obtenidos para su proyecto de emancipación, tanto de parte del gobierno ruso, como de los representantes de otras cortes europeas.
En Rusia, Miranda hace una de las elecciones más importantes de su vida[67], si se hubiese quedado en este país, habría tomado parte en algunas de las guerras que se libraban en el Imperio ruso y se habría convertido en un brillante militar del ejército, en un destacado almirante de la flota rusa o quizá en un influyente diplomático. Sin embargo, al renunciar a la propuesta que le hiciera la emperatriz Catalina II, Miranda siguió su marcha para convertirse en el primer revolucionario profesional, en el Precursor, en el hombre que dedicó su vida a las independencias de América Latina.
Las circunstancias en que el caraqueño se convierte en coronel del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav, sin duda alguna son parte de una historia que ha sido objeto de la atención de algunos investigadores. Sabemos que se ha especulado en torno a los motivos en que sucedieron los hechos, por esa razón, esperamos que, con este informe, nos podamos acercar a una conclusión que permita estar de acuerdo y, además, complementar otros informes y estudios anteriores, con el firme propósito de mostrar a las futuras generaciones los elementos visuales de todos los componentes del uniforme militar ruso de Francisco de Miranda.
1 Disponible en: http://www.museosdetenerife.org/cedocam-centro-de-documentacion-de-canarias-y-america/evento/1933.
2 Bohórquez, Carmen. (2016). Francisco de Miranda. Precursor de las independencias de América Latina. Caracas, Venezuela: Monte Ávila Editores Latinoamericana. Notas de la segunda edición, p. VII.
3 Miranda, F. (1981). Colombeia. Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1785–1786. Tomo IV. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República. Prefacio, p. IX.
4 Grisanti, Ángel. (1928). Miranda y la Emperatriz Catalina La Grande. Caracas, Venezuela: Gutenberg. p. 73.
5 Militar y estadista ruso. Célebre favorito de Catalina II a quien sirvió con toda devoción y fidelidad luego de terminada la relación amorosa que los unía. Intervino brillantemente en la guerra contra los turcos, aseguró la posesión de la península de Crimea y de otros territorios, y fue el segundo personaje del Imperio. Cuando se encontró con Miranda era gobernador de las nuevas provincias; el Almirantazgo y la flota del mar Negro estaban bajo sus órdenes directas y como presidente del Consejo Superior de guerra ejercía una autoridad absoluta en los asuntos militares. En esos días, en su cuartel general de Krementchug, a un centenar de verstas de Jersón, se ocupaba de organizar el célebre viaje que la emperatriz Catalina II se proponía efectuar a sus nuevas provincias en la próxima primavera.
6 Miranda, F. (1981). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1785–1786. Tomo IV. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República. Prólogo, p.34.
7 Alperóvich, Moiséi. (1986). Испаноамериканский креол при дворе Самодержицы Всероссийской [Un hispanoamericano en la Corte de Catalina II]. Revista Новая и новейшая история [Nueva y novísima historia]. №1. Moscú: Editorial Nauka, p. 144-155
8 Noble español por nacimiento, militar y estadista ruso. Ingresó en el Ejército a los 16 años. A los 20 años fue presentado al conde Alekséi Orlov, quien lo tomó bajo su servicio como ayudante e intérprete. Participó en la batalla naval de Chesme en la que la flota rusa hundió a la otomana durante la guerra ruso-turca. En 1783 entró al servicio del príncipe Grigóriy Potiomkin. Disponible en: http://franciscodemirandayrusia.org/es/intresting-materials/biographies/jos%C3%A9-miguel-de-ribas/
9 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 81.
10 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 81.
11 Se trata del sastre alemán A Pierre Schmidt. Véase: Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 81.
12 El autor de este artículo entiende que Miranda ordena la confección de un uniforme de edecán siguiendo la recomendación del coronel José Miguel de Ribas, quien se desempeñaba como edecán de Potiomkin.
13 Traje de lana de fibra textil natural procedente del pelo de vicuña; se caracteriza por ser una fibra muy fina y abrigada. (Nota del autor).
14 Se trata del sombrero tipo “Bicornio” de uso general en los ejércitos europeos. En Rusia estaba reglamentado el uso del bicornio con la escarapela blanca.
15 Se puede leer en el diario de Miranda (31 de diciembre) que antes de ser presentado ante el príncipe Potiomkin hizo gestiones para conseguir una espada. “Vino el Príncipe Viazemskoy, quien me repitió que el Príncipe Potemkin deseaba verme, y luego un Edecán de dicho Príncipe convidándome a pasar la noche en su compañía. Hice buscar una espada a instancias de mí amigo y sobre todo de la Princesa, por quien más bien tuve esta condescendencia… ¡válgame Dios y qué pequeñeces y miserias!”. Miranda, F. (1981). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1785–1786. Tomo IV. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 524.
16 Podemos ver la factura de pago recibida por Miranda en Moscú por “la hechura y suministro de un fraque, botones y un par de calzones de tejido ingles” (Documento 787). Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 259.
17 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 303. Macanaz fecha su carta el 14 de julio según el calendario gregoriano (N.E.), que se adelanta once días respecto al calendario juliano (V.E.) en rigor en Rusia.
18 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 304. Miranda fecha su carta de respuesta el 4 de julio según el calendario juliano (V.E.).
19 Los uniformes de los ejércitos europeos a finales del siglo XVIII eran similares en cuanto a corte, piezas y colores. (Nota del autor).
20 Alperóvich, Moiséi. (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p.120.
21 Nota confidencial. (Julio de 1787). APER [Archivo de la Política Exterior de Rusia]. Fondo Vnútrennie kollezhskie dielá 1787 [Asuntos internos del Colegiado 1787], registro 2/6, carpeta 890, folio 74-75 (reverso). (Citado en: Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 124). Véase también: Bezborodko, A. (1787, 28 de julio/8 de agosto). [Carta a G. Potiomkin] en SRH [Archivo XXX], t. 26, p. 296.
[22] Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 123.
23 Se refiere a Bezborodko, quien, además, en la corte ocupaba el cargo de hofmeister (Maestro de la Corte). Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 110.
[24] Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 129.
25 Bezborodko, A. (1787, 28 de julio/8 de agosto). [Carta a G. Potiomkin] - SRH, t. 26, p. 286 en SRH [Archivo XXX], t. 26, p. 296. (Citado en: Alperóvich, Moiséi. (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 129)
26 Archivo General de Segovia, Estado, leg. 6.658, núm. 302. Original en español, con la antefirma y firma autógrafas.
27 Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 403.
28 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 405.
29 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 404.
[30] Disponible en: www.franciscodemiranda.org/colombeia/Viajes/Tomo XI/Folio 189/colombeia/
31 Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 403-404.
[32] Disponible en: www.franciscodemiranda.org/colombeia/Viajes/Tomo XI/Folio 195/colombeia/
[33] Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 420.
[34] Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 434.
[35] Varias veces remitió libros y documentos a William Waddington, propietario londinense de barcos, a cuya dirección en esos años llegaba parte de la correspondencia de Miranda: en septiembre de 1787, desde Kronshtadt. Veáse: Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 455.
[36] Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 172.
[37] Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 403.
[38] Zeuske, Michael. (2004). Francisco de Miranda y la modernidad en América. Madrid: Fundación MAPFRE Tavera/Aranjuez: Doce Calles, p. 18.
[39] Zeuske, Michael. (2004). Francisco de Miranda y la modernidad en América. Madrid: Fundación MAPFRE Tavera/Aranjuez: Doce Calles, p. 18.
[40] Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 421.
[41] Alperóvich, Moiséi (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 260.
[42] Lista de objetos pertenecientes al general Miranda (Documento 3475). En: Miranda, F. (2000). Colombeia, Tercera Sección. Revolución Francesa 1793. Tomo XV. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 455.
[43] Кирасир (Kirasir) en ruso, cuirassier en francés, kürassir en alemán. Es una pieza de defensa corporal, usado por la caballería pesada. La coraza (de cuir – de cuero) consistía en las placas torácica y dorsal (curvadas en la forma correspondiente). (Nota del autor).
[44] Ciudad fundada por Potiomkin. En julio del año 1784 (de acuerdo con el decreto del 30 de marzo de 1783) las provincias de Novorossía y Azov se unieron formando el dominio de Ekaterinoslav que se extendía desde el Yuzhni Bug en el oeste hasta el río Sredni Egorlik (afluente del Západni Manich) en el este. Su centro administrativo fue Kremenchug. (Nota del autor).
[45] Beskrovny, Liubomir Grigórevich. (2012). Русская армия и флот в XVIII веке [El ejército y la flota rusa en el siglo XVIII]. Moscú: Editorial Kniga po trebovaniu, p. 303.
[46] Beskrovny, Liubomir Grigórevich. (2012). Русская армия и флот в XVIII веке [El ejército y la flota rusa en el siglo XVIII]. Moscú: Editorial Kniga po trebovaniu, p. 304.
[47] Pecheykin, A.V. (2012). Кирасиры — краса и гордость регулярной кавалерии [Coraceros. Orgullo de la caballería regular]. Военно-исторического журнала [Revista Histórica Militar (del Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia)]. Disponible en: http://history.milportal.ru/2012/03/kirasiry-krasa-i-gordost-regulyarnoj-kavalerii/
[48] Beskrovny, Liubomir Grigórevich. (2012). Русская армия и флот в XVIII веке [El ejército y la flota rusa en el siglo XVIII]. Moscú: Editorial Kniga po trebovaniu, p.304.
[49] Beskrovny, Liubomir Grigórevich. (2012). Русская армия и флот в XVIII веке [El ejército y la flota rusa en el siglo XVIII]. Moscú: Editorial Kniga po trebovaniu, p.307.
[50] Centenario del Ministerio de Guerra. Tomo IV, Sección I, Parte I, Capítulo VIII, p. 261.
[51] Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 231.
[52] Potiomkin, para el año de 1786, era presidente del Colegio militar, jefe principal del Almirantazgo y la Flota del Mar Negro, comandante general de la Caballería Ligera, jefe del Cuerpo de Caballeros de la Guardia y del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav, gobernador general de Ekaterinoslav y de Táuride. Alperóvich, Moiséi. (1989). Francisco de Miranda y Rusia. Moscú, Rusia: Editorial Progreso, p. 67.
[53] Archivo Estatal Militar-Histórico de Rusia. Fondo 12. Op. 3. D. 294. L. 9., 22.
[54] Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II.] Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 232.
[55] Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 311
[56] Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 311.
[57] Príncipe, oficial, diplomático y escritor, natural de Bélgica. Miranda lo conoce en Kiev el 12 de marzo de 1787. Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 131.
[58] Notas sobre ejército ruso del príncipe de Ligne a reclamación de general mariscal de campo, el príncipe Potemkin de Táurida. En: Ligne, Charles-Joseph de. (1810). Obras de filosofía, política y arte militar escogidas por el príncipe de Ligne. T. 1. San Petersburgo: Biblioteca del Estado Ruso, p.29
[59] Kasimir Ivánovich Meindorff. Barón, brigadier del regimiento de los coraceros de Ekaterinoslav (Nota del autor).
[60] Miranda conservo una lista de los regimientos del ejército Imperial ruso. En este manuscrito se ha conservado la ortografía original de los nombres propios. (Está incluido el nombre del Regimiento de Coraceros de Ekaterinoslav y de los oficiales que lo integraban). Véase: Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 88.
[61] Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 83.
[62] Vease: Miranda, F. (1982). Colombeia, Segunda Sección. El Viajero Ilustrado 1787. Tomo V. Caracas, Venezuela: Presidencia de la República, p. 83.
[63] Tabla sobre el uniforme y armamento de un regimiento de coraceros, aprobada por Su Majestad, 10 abril 1786, San Petersburgo.
C. 14 (Biblioteca del Estado Ruso). Citado en: Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 230.
[64] Oficial de coraceros (Período 1774 – 1783). En: Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p. 230.
[65] Oficial de coraceros (Período 1783 – 1796). En: Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II.] Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p.310.
[66] Oficial del regimiento de coraceros de Ekaterinoslav (1793). En: Leonov, Оleg. (2010). Русский военный костюм. Эпоха Екатерины II. [El traje militar ruso. Época de Catalina II]. Moscú, Rusia: Fondo Russkie Vityazi, p.312.
[67] Basado en el discurso que Andréi Izerov ofreció en la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la Federación de Rusia, para conmemorar el bicentenario de la partida física de Miranda (Nota del autor).